Salmo 1:2 “sino que se deleitan en la ley del Señor meditando en ella día y noche.”
Acciones a tomar con la Lectura Bíblica:
Se continuará evaluando la lectura de la Biblia de manera personal como lo hemos venido haciendo en el año 2019, por medio del diario devocional.
Contenido de la lectura básica: Mateo (28), Nehemías (13), Marcos (16), Proverbios (31), Lucas (24), Hechos (28), Juan (21), Génesis (50), Éxodo (40), Deuteronomio (34), Efesios (6), Salmos (se iniciará con Salmo 75).
Diario Escrito: Tendremos 2 planes, “Plan Principal” (el diario Avivamiento 2020, nuestro devocional escrito), “Plan Auxiliar” (Devocional “Pan Fresco”, con la lectura de toda la Biblia). Se realizará una actividad acerca de la Biblia en el mes de agosto (día de la Biblia).
1 Timoteo 2:8 “Deseo que en cada lugar de adoración los hombres oren con manos santas, levantadas a Dios, y libres de enojo y controversia.”
Isaías 56:7 “Los llevaré a mi monte santo de Jerusalén y los llenaré de alegría en mi casa de oración. Aceptaré sus ofrendas quemadas y sus sacrificios, porque mi templo será llamado casa de oración para todas las naciones.”
Acciones a tomar:
La integridad se comienza con las cosas pequeñas. Es por ello que cada día de nuestras vidas tenemos que tomar todo tipo de decisiones. Algunas nos beneficiarán, otras nos perjudicarán, algunas serán tomadas entre lo que queremos hacer y otras entre lo que debemos hacer.
La integridad se manifiesta empezando por las pequeñas cosas, tomando decisiones de acuerdo a lo que realmente somos y no lo que aparentamos ser. La Integridad nos da confianza con otras personas: los que nos rodean confiaran en nosotros cuando no tratamos de ocultar nuestros errores, sino que los reconócenos. A la gente no le importa que tengamos defectos; le interesa que no aparentemos y que mostremos lo que realmente somos.
La integridad nos hace andar confiados: no hay temor del qué dirán o me descubrirán.
La integridad nos hace habitar en la presencia de Dios y nos impide resbalar.
Juan 14:15 “Si me aman, obedezcan mis mandamientos”
La Integridad y la Transparencia van de la Mano.
Efesios 6:1-3 “1Hijos, obedezcan a sus padres porque ustedes pertenecen al Señor, pues esto es lo correcto. 2 «Honra a tu padre y a tu madre». Ese es el primer mandamiento que contiene una promesa: 3 si honras a tu padre y a tu madre, «te irá bien y tendrás una larga vida en la tierra».”
1 Timoteo 3:4-5 “Debe dirigir bien a su propia familia, y que sus hijos lo respeten y lo obedezcan. 5 Pues, si un hombre no puede dirigir a los de su propia casa, ¿cómo podrá cuidar de la iglesia de Dios?”
Acciones a tomar:
Una de las tareas más difíciles en el ministerio es la formación de un equipo de trabajo que tenga un carácter piadoso, una formación bíblica sólida, acompañado de un cuerpo de doctrinas y filosofía ministerial que sean común a todo el equipo, y que además contribuya a la unidad de la iglesia.
La selección de miembros de un equipo de trabajo para el ministerio requiere de discernimiento para poder identificar quién pudiera estar siendo llamado por Dios para formar parte de del equipo; paciencia para poder formarlos, reconociendo que el carácter es más importante que el talento; y oración para buscar la voluntad y el tiempo de Dios.
El simple hecho de reconocer que no tenemos todos los dones, ni todos los talentos, ni toda la sabiduría, es razón suficiente para comprender que necesitamos otros hombres y mujeres que contribuyan a enriquecer los dones que Dios ha provisto para el desarrollo y fortalecimiento del cuerpo de Cristo.
Romanos 12: 4-8 “Haremos más cosas juntos que separados”
Hechos 1:8 “pero recibirán poder cuando el Espíritu Santo descienda sobre ustedes; y serán mis testigos, y le hablarán a la gente acerca de mí en todas partes: en Jerusalén, por toda Judea, en Samaria y hasta los lugares más lejanos de la tierra.”
Desde el principio, uno de los problemas más grandes que tiene el ser humano, es sentirse vacío. Si tenemos una predicación vacía, nuestra fe es vacía. Hay adoraciones vacías, oraciones vacías; puedes cumplir con toda la exigencia religiosa, pero estar vacío, por no tener la fe en el poder transformador de Dios. Necesitamos despojarnos del hombre viejo, para poder vivir la vida en el espíritu.
Dios ordena, separando las tinieblas de la luz; separando las aguas, y luego llenándolas de peces. ¿Tú quieres sentirte lleno? Procura el orden de Dios. Si hay orden, Él te puede llenar; y, si Él te llena, entonces hay una nueva creación. El primer hombre que Dios creó, lo creó vacío, y sopló entonces aliento de vida para llenarlo. Y ahí se forma la nueva creación. Dios crea la nueva tierra y crea a un hombre al que llena para que sujete toda la tierra. Pero cuando el hombre peca, se vacía, y todo se desordena. Pero Dios nunca le ha tenido miedo al desorden y al vacío; desde ese día, comenzó a buscar llenar al hombre; y nos llenó con el poder del Espíritu Santo, que es el mismo poder que hizo que Cristo se levantara de los muertos. Ese es el poder de la resurrección.
Filipenses 2:3 “No sean egoístas; no traten de impresionar a nadie. Sean humildes, es decir, considerando a los demás como mejores que ustedes.”
Puede haber mucha confusión en torno al concepto de humildad. A menudo, la humildad se asocia con el silencio, la sumisión y pensamientos de insuficiencia. ¿Pero qué dice realmente la Biblia al respecto?
Aquí hay cuatro puntos bíblicos que todo cristiano debe saber acerca de la humildad.
¿Qué pasos necesitamos dar como iglesia, en materia de estructura y organización, para encaminarnos hacia el sostenimiento financiero?
1. Los diezmos
Por encima de la estructura y la organización para conseguir el sostenimiento financiero, está la fidelidad de la iglesia. Los diezmos no tienen que ver con la ley. Abraham no obedeció la ley al diezmar, la iglesia tampoco.
2. La administración de la iglesia
El diezmo es la forma en que Dios provee para el sostenimiento de las iglesias. Encontramos en la Biblia que Abraham no entregó su diezmo a alguna entidad sin fines de lucro de su tiempo, lo entregó a Melquisedec que era rey y sacerdote.
3. La autonomía congregacional
Si estudiamos la estructura y organización de la iglesia de Cristo, como existió en el primer siglo, encontramos la estructura ideal cómo debe existir hoy en día.
Estamos convencidos de que la Biblia no autoriza otra organización para la iglesia universal, sino que dirige a cada congregación local, con sus ancianos, diáconos y miembros a trabajar independientemente, sin extender su autoridad más allá de su propia congregación. La evidencia bíblica e histórica claramente establece y confirma que la cabeza de la iglesia es Cristo solamente.
4. Un sistema de funciones
Con una mínima estructura organizacional (entiéndase por ello una disposición intencional de roles) en la que cada persona asume un papel que se espera que cumpla con el mayor rendimiento posible, es trascendental establecer un sistema de funciones que han de desarrollar los miembros de una iglesia para trabajar juntos de forma óptima y que se alcancen las metas fijadas en la planificación.
5. Un presupuesto económico
La mejor herramienta para llevar un control adecuado de las finanzas de la iglesia es un presupuesto. Elaborar un presupuesto significa analizar cuánto dinero ingresa en un periodo de tiempo determinado, y desarrollar un plan razonable y con metas claras del dinero que se gasta.
Más de uno dirá: “Pero el ingreso de la iglesia es muy fluctuante, no se puede presupuestar”. Un ingreso que varía en tiempo y en cantidad puede hacer que presupuestar sea difícil. Es necesario determinar los gastos fijos mensuales de la iglesia: luz, agua, alquiler, gastos evangelísticos, ayuda pastoral, mantenimiento mensual, limpieza y otros. En un mes donde los ingresos superan los gastos, se debe ahorrar la diferencia que queda y tener un fondo de reserva.
Deuteronomio 8:18 “Acuérdate del Señor tu Dios. Él es quien te da las fuerzas para obtener riquezas, a fin de cumplir el pacto que les confirmó a tus antepasados mediante un juramento.”
Acciones a tomar:
Hechos 7:22 NTV “A Moisés le enseñaron toda la sabiduría de los egipcios, y era poderoso tanto en palabras como en acciones.”
Hechos 7:22 TLA “Moisés recibió la mejor educación que se daba a los jóvenes egipcios, y llegó a ser un hombre muy importante por lo que decía y hacía.“
Promovemos la educación como medio para obtener mejores oportunidades de desarrollo integral.
Entre el hombre más se prepara, Dios más le bendice, este debe ser el eje transversal de nuestra iglesia en cuanto a este tema. La educación es importante en el proceso de desarrollo personal, familiar, político y social en general, y el mejor ejemplo de ello fue Jesús quien se preparó durante treinta años para ejercer su ministerio que duró tres años enseñando la verdad encomendada por su Padre Dios, al ser enviado a caminar entre nosotros, Jesús mostró su interés en el conocimiento cuando a su corta edad se sentaba con los conocedores de la ley en el templo, discutiendo y leyendo las porciones de Antiguo Testamento, con sed de dar a conocer lo que su Padre o mentor le reveló en secreto.
Plantemos los desafíos a enfrentar en este año:
Acciones a tomar:
1 Juan 4:7-8 “7 Queridos amigos, sigamos amándonos unos a otros, porque el amor viene de Dios. Todo el que ama es un hijo de Dios y conoce a Dios; 8 pero el que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor.”
El amor es aquello que nos dispone a ejecutar todos nuestros deberes para con Dios y para con los hombres. Este es uno de los temas más importantes que podemos encontrar en las Sagradas Escrituras. El amor de Dios es la única razón que explica todo lo que Dios ha hecho a favor del hombre desde Adán hasta nuestros días. Sería imposible poder argumentar alguna otra razón que motivara a Dios a ser paciente y estar dispuesto a perdonar todos los desvíos del hombre cuando éste se arrepiente.
Cualquier cosa que hagamos que tenga apariencia de virtud no es más que hipocresía cuando es ejecutada sin amor. Si no es por amor que lo hacemos ya no hay sinceridad en nuestra actuación. Sea en el contexto de nuestros deberes para con Dios, o de nuestros deberes para con los hombres; si el móvil que está detrás no es el amor a Dios o el amor al prójimo, ¿cuál es, entonces? El amor a nosotros mismos; a nuestra propia reputación, a nuestra propia comodidad. Queremos el aplauso y la buena opinión de los hombres, para poder servirnos de esas cosas en el momento propicio. Así que mientras aparentamos estar preocupados por la gloria de Dios o el bienestar del prójimo, en realidad estamos preocupados por nuestra propia gloria y nuestro propio bienestar.
Decimos la Biblia enseña que la vida cristiana es una vida de fe, y que la fe obra por el amor. Somos salvos por medio de la fe; vivimos por fe. ¿Podemos concebir la fe sin amor? Tampoco, porque la fe que no obra es muerta en sí misma, dice Santiago, y Pablo aclara que la fe obra por medio del amor. Por tanto, podemos concluir que tampoco se puede concebir la vida cristiana sin amor, lo mismo que no podemos concebirla sin fe. Ambos elementos caminan de la mano. Dios los juntó, y el hombre no puede separarlos.
Hebreos 11:1 “La fe es la confianza de que en verdad sucederá lo que esperamos; es lo que nos da la certeza de las cosas que no podemos ver.”
La fe debe ser como el aire que respiramos, sin la confianza en Dios no podemos lograr hacer lo que nos proponemos, ya sea académicamente y/o espiritualmente.
Actualmente vivimos en un mundo donde cada vez la ideología de que no es necesario tener fe en algo o en alguien que ni siquiera podemos ver o tocar, sin embargo, se descubrió en un estudio que se realizó en el 2010 y 2012 por investigadores en la Universidad de Ohio donde se descubrió que las personas que tienen una vida de fe o que profesan una religión viven más años que las personas que no creen en nada.
Si de verdad crees tener la fe necesaria ¡demuéstralo! Poniéndola en práctica ya sea estando en tu hogar con tu familia, compañeros y amigos dale una mano amiga cuando más la persona lo necesite, ayúdala cuando su vida esté decayendo, recuérdale que Dios siempre está ahí para suplir sus necesidades, oren juntos y estudien su Palabra, ¡algún día te lo agradecerá!
Pide en oración a Dios a que cada día te de la fuerza necesaria para fortalecer tu fe y tener la firme convicción de que, a pesar de las dificultades y problemas, el Señor siempre estará ahí para ayudarte a resolverlos.